Esta historia es sobre un hombre que reflejaba en su forma de vestir la derrota, y en su forma de actuar la mediocridad total.
"Aquel que se sienta con derecho a criticar debe tener el valor de ayudar"
--Abraham Lincoln--
Ocurrió en París, en una calle céntrica aunque secundaria. Este hombre, sucio y maloliente tocaba un viejo violín. Frente a él y sobre el suelo estaba su boina, con la esperanza de que los transeúntes se apiadaran de su condición económica y le arrojaran algunas monedas para llevar a casa.
El pobre hombre trataba de sacar una melodía, pero era del todo imposible identificarla debido a lo desafinado del instrumento, y a la forma displicente, pésima y aburrida con que tocaba ese violín.
Un famoso concertista, que junto con su esposa y unos amigos salía de un teatro cercano, pasó frente al mendigo musical. Todos arrugaron la cara al oír aquellos sonidos tan discordantes.
La esposa le pidió al concertista que tocara algo. El hombre echó una mirada a las pocas monedas en el interior de la boina del mendigo musical, y decidió hacer algo por él.
"He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse"
--Gabriel García Márquez--
Le solicitó el violín. Y el mendigo musical se lo prestó con cierto resquemor. Lo primero que hizo el concertista fue afinar sus cuerdas. Y entonces, vigorosamente y con gran maestría, arrancó una melodía fascinante del viejo instrumento. Los amigos comenzaron a aplaudir y los transeúntes comenzaron a arremolinarse para ver el improvisado y gran espectáculo.
Al escuchar la música, la gente de la cercana calle principal acudió también y pronto había una pequeña multitud escuchando atiborrada el extraño y maravilloso concierto. La boina se llenó no solamente de monedas, sino de muchos billetes de todas las denominaciones, mientras el maestro sacaba una melodía tras otra, con tanta alegría y maestría.
El mendigo musical estaba aún más feliz de ver lo que ocurría y no cesaba de dar saltos de contento y repetir orgulloso a todos: "¡¡Ese es mi violín!! ¡¡Ese es mi violín!!". Lo cual, por supuesto, era rigurosamente cierto, pero no era lo mismo con la música que del instrumento salía.
...Amigo, amiga, la vida nos da a todos "un gran violín". (¡Qué miércoles haces con tu violín!) Son nuestra vida, nuestra libertad de pensar, nuestros conocimientos, nuestras habilidades y nuestras actitudes. Y tenemos la libertad absoluta de tocar "ese violín" como mejor nos plazca.
Algunos, por pereza, abandono, dejadez, etc., ni siquiera afinan ese violín. No perciben que en el mundo actual hay que prepararse, aprender, desarrollar habilidades y mejorar constantemente nuestras actitudes si queremos ejecutar un buen concierto en nuestra vida.
Pretenden una boina llena de dinero, y lo que entregan es una discordante melodía que no gusta ni sirve a nadie. Esa es la gente que hace su trabajo de mala forma, por obligación -común entre nosotros- con falta de pro actividad y que cree que la sociedad tiene la obligación de retribuirle su pésima ejecución, cubriendo sus necesidades; son los que no se hacen cargo de sí mismos y le echan la culpa a terceros, sin darse cuenta que se recibe lo que se siembra.
Es la gente que piensa solamente en sus derechos, pero no siente ninguna obligación de ganárselos o merecerlos; no señor, nadie tiene la obligación de darnos nada, uno mismo es el que tiene que ganárselo o merecerlo, no hay otra forma, es una ley suprema, no humana, menos mía.
Entonces te sugiero desde hoy, ...espero no te molestes conmigo por inducirte a que pienses:
"No malgastes tu tiempo, pues de esa materia está formada tu vida"
--Benjamín Franklin--
Si malgastas tu tiempo... malgastas tu vida; es tu decisión.
"La única razón para que el tiempo exista es para que no ocurra todo a la vez"
--Albert Einstein--
La verdad, por dura que pueda parecernos, es otra. Tú y yo, y cualquiera otra persona, tenemos que aprender tarde o temprano, que los mejores lugares son para aquellos que no solamente afinan bien ese violín, sino que aprenden con el tiempo también a tocarlo con maestría. Por eso debemos estar dispuestos a hacer bien nuestro trabajo diario, disfrutándolo o aprendiendo a disfrutarlo, sea cual sea. Y aspirar siempre a prepararnos constantemente para ser capaces de realizar otras cosas que más nos gustaría o más nos recompensaría.
"Abandonar puede tener justificación, abandonarse no la tiene jamás"
--Ralph Waldo Emerson--
La historia está llena de ejemplos de gente que aún con dificultades iniciales llegó a ser un gran concertista con ese violín que es la VIDA. Y también, por desgracia, registra los casos de muchos otros, que teniendo grandes oportunidades, decidieron con ese mismo violín, ser mendigos musicales. Es nuestra libertad de elegir, parece paradójico, pero es la cruda realidad.
"Los límites son físicos, las limitaciones son mentales"
--Anónimo--
No es bueno fijarse parámetros, normas, etc. pues son solamente eso: límites físicos nada más, por lo tanto es nuestro deber superarlos o romperlos -con criterio- ya que si queremos algo diferente o mejor a los demás nunca debemos hacer lo mismo que los demás, así de sencillo y así de complicado. En otras palabras, no permitas que los límites (que son físicos) se conviertan en tus limitaciones, que eso sí es catastrófico.
Tú puedes hacer algo grande de tu vida... Esa es tu decisión personal (valioso intangible, después de nuestra vida), y no te engañes culpando estúpidamente -y cobardemente- a otros. Estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, por lo tanto somos perfectos (al menos yo no acepto la estúpida idea que somos imperfectos) el problema es que nosotros hemos renunciado a nuestra perfección a los 5 ó 6 años de edad (¿Dónde has visto que un niño sea hipócrita, exhibicionista, mentiroso, vengativo, malicioso, etc.), nosotros los adultos terminamos contaminándolos, por lo tano los padres son los únicos que le pueden hacer a sus hijos el mayor bien o el mayor daño de su vida y no tanto los violadores; no somos capaces de desarrollar toda nuestra capacidad o potencial intelectual; está comprobado científicamente que de nuestro cerebro apenas desarrollamos y usamos entre el 1% al 3% de lo que nos han dado, imagínate si desarrolláramos un 50% solamente... Somos semidioses, nuestro problema es que no tenemos el valor de decidirnos a recuperar nuestra perfección ahora que somos adultos y, por ende los únicos responsables de lo ya somos, y no otros como siempre nos engañamos.
"Nadie da lo que no tiene" --Miguel Ángel Cornejo--
Con esto no me refiero a lo material solamente, sino a todo, lo que sea, por eso no culpemos cobardemente a nuestros padres, por que ellos nos dieron lo que tenían...y nada más... nadie da lo que no tiene...
"Los sabios siempre buscan la sabiduría; los necios creen haberla encontrado"
--Napoleón Bonaparte--
Ya sabes, tú decides lo que desees hacer con tu violín (tu vida), ser un famoso concertista o un mendigo musical; tenemos la libertad total de elegir, yo particularmente estoy con tarea atrasada y, en esa pugna estoy, tratando de recuperarla...
Atentamente:
RAMÓN RÍOS ARGUMEDO
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